The new prime minister of Japan. El nuevo primer ministro de Japón. (Yukio Hatoyama 鳩山 由紀夫)



Former opposition leader Yukio Hatoyama has been elected prime minister of Japan, ending more than 50 years of nearly unbroken rule by conservatives.

Hatoyama's victory on Wednesday marks a major turning point for Japan, which is facing its worst economic slowdown since the Second World War, with unemployment at record highs and deflation intensifying. But concerns ran deep over whether the largely untested government would be able to deliver.

Hatoyama has vowed to cut government waste, rein in the national bureaucracy and restart the economy by putting a freeze on planned tax hikes, removing tolls on highways and focusing policies on consumers, not big business.

He has also pledged to improve Tokyo's often bumpy ties with its Asian neighbours and forge a foreign policy that is more independent from Washington.

"I am excited by the prospect of changing history," Hatoyama said early Wednesday. "The battle starts now."

Parliament convened in a special session to formally select Hatoyama, whose Democratic Party of Japan won a landslide in parliamentary elections last month to take control of the body's lower house, which chooses the prime minister.

Hatoyama's party won 308 of the 480 seats in the lower chamber to oust Prime Minister Taro Aso's Liberal Democratic Party, which is conservative and staunchly pro-U.S.

In Wednesday's parliamentary vote to choose the prime minister, Hatoyama won 327 of the 480 votes in the lower house. He needed a simple majority of 241 votes.

Cabinet named

Quickly after his election, Hatoyama named Katsuya Okada as his foreign minister and Hirohisa Fujii as his finance minister. Though Okada has never held a cabinet post, Fujii was finance minister under a coalition government in 1993-94, the only time in its 55-year history that the Liberal Democrats had previously been ousted from power.

Hatoyama, who has a PhD from Stanford University and is the grandson of a conservative prime minister, had a limited pool of seasoned politicians to choose from. His party, created a decade ago, has never held power, and nearly half of the Democrats' members of the lower house will be serving in their first terms in parliament.

But Hatoyama and his party, a mix of defectors from the conservative party and social progressives, face huge tasks that they must deal with quickly.

Although it has recently shown some signs of improvement, Japan's economy remains deeply shaken by the global financial crisis and unemployment is at a record high of 5.7 per cent. The rapid aging of its population also threatens to be a drag on public coffers as the number of taxpayers decreases and pension responsibilities swell.

"The economy is in very difficult shape, so we must work hard to improve it," said Mieko Tanaka, one of the Democratic Party's new legislators.

Hatoyama will also be tested quickly on the diplomatic front. He has said he wants to attend the General Assembly in the United Nations in New York next week and possibly meet with President Barack Obama.

Hatoyama has said he wants to build a foreign policy that will put Tokyo on a more equal footing with Washington, while keeping the U.S. as the "cornerstone" of Japan's diplomacy. He is also seeking closer ties with Japan's Asian neighbours, particularly China.

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El líder de oposición Yukio Hatoyama fue elegido primer ministro el miércoles e instauró su gabinete con la promesa de impulsar la economía japonesa y reformar el gobierno con su partido de centroizquierda tras más de 50 años de un mandato conservador casi ininterrumpido.

La victoria de Hatoyama señala un importante momento de cambio en Japón, que enfrenta su peor desaceleración económica desde la Segunda Guerra Mundial, mientras que el desempleo alcanza sus niveles más altos y la deflación se intensifica. Pero los temores sobre la capacidad para gobernar del grupo opositor son intensos.

Hatoyama ha prometido reducir el derroche en el gobierno, ordenar la burocracia nacional y restaurar la economía por medio de frenos a los aumentos fiscales programados, el retiro de cobros en las carreteras y la atención a las políticas sobre el consumidor, y no sobre las grandes empresas.

También se ha comprometido a mejorar las relaciones de Tokio, no siempre positivas, con sus vecinos asiáticos y a conformar políticas exteriores más independientes de Washington.

"Me emociona la posibilidad de cambiar la historia", dijo Hatoyama. "La batalla comienza ahora".

El nuevo primer ministro dijo que quería construir "una relación de confianza" con el presidente estadounidense Barack Obama, intercambiando opiniones "con franqueza".

El parlamento había acordado en una sesión especial elegir formalmente a Hatoyama, cuyo Partido Demócrata de Japón se impuso en las elecciones parlamentarias del mes pasado obteniendo el control de la cámara baja. La cámara baja es la encargada de elegir al primer ministro.

El partido de Hatoyama ganó 308 de los 480 escaños en la cámara baja, lo que llevó a la salida del primer ministro Taro Aso del Partido Liberal Demócrata, de tendencia conservadora y a favor de Estados Unidos.

El miércoles en una votación parlamentaria para elegir al primer ministro, Hatoyama ganó 327 de 480 votos de la cámara baja. Le hubiera bastado una mayoría simple de 241 votos.

Poco después de ser elegido, Hatoyama nombró a Katsuya Okada como ministro del exterior y a Hirohisa Fujii como ministro de finanzas. Aunque Okada nunca ha tenido un puesto en el gabinete, Fujii fue el ministro de finanzas bajo el gobierno de coalición de 1993 a 1994, el único que no perteneció al Partido Liberal en los últimos 55 años.

También se desempeñó en el ministerio de finanzas, lo que sugiere que el nuevo gobierno no será muy contencioso con los poderosos ministerios japoneses.

"Es buena noticia que Hatoyama haya escogido a Fujii como ministro de finanzas", dijo Watanabe. "Tiene experiencia. Fujii conoce la política macroeconómica".

Hatoyama, que se doctoró en la universidad estadounidense de Stanford, es el nieto de un primer ministro conservador. Sus opciones para conformar el gabinete eran limitadas, su partido fue creado hace una década y nunca había estado en el poder, además de que casi la mitad de los demócratas integrantes de la cámara baja cumplirán apenas su primer periodo en el parlamento.

El gobierno de Hatoyama enfrenta también grandes dificultades con las que tendrán que lidiar rápidamente.

Aunque la economía de Japón ha mostrado algunos signos de mejoramiento, aún está muy afectada por la crisis financiera mundial y el desempleo que alcanzó la cifra sin precedentes de 5,7%. El envejecimiento rápido de la población amenaza con ser un obstáculo para los fondos públicos pues el número de contribuyentes decrece y el de los pensionistas se dispara.

"Quiero que la gente sienta que su poder adquisitivo mejora, aun un poquito, lo antes posible", dijo Hatoyama en una conferencia de prensa.

Hatoyama también tendrá una prueba en el frente diplomático. Ha dicho que quiere asistir a la Asamblea General en Naciones Unidas en Nueva York la próxima semana y reunirse posiblemente con el presidente Obama.

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